El robo más grande de la historia

            El robo más grande de la historia                                                                                                   Por Justice Fighter                                                                                                  Octubre de 2018

Hoy dedico mis reflexiones a lo que considero el problema más grande de la economía cubana: la dualidad monetaria y cambiaria. Esta consiste en la existencia de dos monedas circulando en la economía cubana, el CUP y el CUC. Por la importancia que le confiero a este tema en la vida de cada cubano, me extenderé más de lo habitual. También le aconsejo que lea detenidamente y no continúe si no entiende algo de lo que explico. En ese caso, converse con sus amigos cubanos, lea otras fuentes de información, investigue, comprenda y luego continúe con mi explicación. También le sugiero que, con el fin de comprender la magnitud del problema descrito, no lea mis palabras como cualquier libro de texto, sino que imagine como sería su vida, su país (si no es cubano)  en las condiciones que describo, día tras día y año tras año. Ahora sí podemos avanzar a las razones que conllevan a la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba y cuál es su efecto en la economía cubana,.. no, perdón… quise decir, en la economía de los cubanos.

La moneda CUP es llamada peso cubano. Comenzó a circular en Cuba desde los primeros días de “la República”. Los que conozcan un poco de historia cubana sabrán que los primeros años del siglo XX en Cuba, significaron la transición del país de colonia española a lo que llamamos neo-colonia estadounidense. Estados Unidos implantó en Cuba una serie de mecanismos de dominación política y económica. De esa forma se reafirmaba la dependencia de la isla hacia aquella potencia mundial. 

Aquí es donde entra a jugar el CUP. Era una moneda nacional, solamente utilizada para la economía interna, mientras que se utilizaba el dólar estadounidense para el comercio exterior. Oficialmente se estableció que 1 CUP equivalía a 1 USD, independientemente del valor de este último en el mercado internacional. Eso era muy conveniente para Estados Unidos, ya que la afluencia de turistas de ese país, sus inversiones y su comercio en Cuba eran abrumadores y se necesitaba establecer una relación de medición y compensación de todas estas actividades que fuera lo más estable y exacto posible, que era 1 x 1. O sea, contablemente era como si toda esa actividad se realizara dentro de los propios Estados Unidos. 

A pesar de que la relación actual entre los dos países ha cambiado diametralmente, la equivalencia del CUP y el USD se mantiene oficialmente (aunque no es la única) tanto para el Estado Cubano como para actores internacionales que necesitan hacer algún balance estadístico (por ejemplo, el ranking de PIB, salario medio o PIB per cápita de Naciones Unidas). 

El surgimiento del CUC (moneda libremente convertible) y su convivencia con el CUP es un poco más complicado. Después de 1959 (el Triunfo Revolucionario en medio del contexto de la Guerra Fría) se eliminó el intercambio comercial y financiero con Estados Unidos y el Bloque Occidental, sustituidos por el Campo Socialista. Ya no se necesitaba la tenencia de dólares por parte de las empresas importadoras y exportadoras. Mucho menos era necesaria la existencia de dólares en la población. De hecho eso fue declarado un delito, ya que se consideraba que si se poseía esta moneda era porque fue pagada directamente por alguna entidad (privada o gubernamental) radicada en Estados Unidos, con la intención de que se cometiera algún acto en contra de la Revolución (¿y dónde quedó lo de inocente hasta tanto se pruebe lo contrario?). 

En 1989 vuelve a cambiar radicalmente el contexto internacional con la desintegración del Campo Socialista y la reducción (según estadísticas oficiales en un 79 %) del comercio internacional de Cuba. Ni qué decir de la crisis económica que sufrió este país, entonces dependiente económicamente del Campo Socialista (dígase Unión Soviética). Cuba (dígase Fidel), como barco a la deriva, comienza navegar nuevamente a favor de la marea del momento y se propone su reinserción en el comercio mundial. La estrategia de principios de los 90 tenía como objetivo final la atracción de divisas internacionales como base para la inserción comercial en la economía de mercado mundial. Las vías propuestas para lograrlo fueron el desarrollo (más bien inicio) de las exportaciones, la atracción de inversión extranjera, el desarrollo del turismo y la captación de remesas.

Esta última vía fue la que más se potenció en un primer momento. Para que la maquinaria estatal se hiciera de esos dólares no era necesaria prácticamente ninguna inversión de recursos o de tiempo. Simplemente, los beneficiados por esas remesas las gastarían en la compra de algún bien o servicio necesario para su vida diaria (recuérdese que en ese entonces la comercialización de bienes y servicios era exclusiva función estatal). Para asegurar estos gastos se permitió la tenencia de dólares en Cuba, se estableció una tasa de cambio con el CUP que cambiaba drásticamente (de 150 CUP x 1 USD hasta 18 CUP x 1 USD) en dependencia de los intereses del Estado (y no confundir Estado con pueblo o país) y se crearon las tiendas recaudadoras de divisas (TRD: tiendas de comercio en USD, con productos en su mayoría importados y de extraordinariamente mayor variedad y calidad con respecto a las tiendas tradicionales que comerciaban en moneda CUP, estas última carentes de muchos, pero muchos bienes básicos incluyendo los alimentos). A ellas solo tenían acceso (no por norma o reglamento, sino debido a la tasa de cambio y lo inasequible de los precios para los que sí trabajaban y recibían un salario en CUP) las personas que recibían remesas, las cuales elevaron considerablemente su nivel de vida, independientemente de su formación profesional o de si trabajaban o no. Esta situación, que aún se mantiene, es en mi opinión la otra gran causa de la gran ineficiencia de la economía cubana, por lo que amerita ser profundizada en un  artículo independiente. 

En esos años 90, cuando comenzaron a convivir en Cuba el CUP y el USD, se perdió el valor del trabajo y el respeto al pueblo cubano. A pocos años de vida de las TRD surgió otro fenómeno. Como resultado de la inversión extranjera y modificaciones que sufría el sector empresarial en Cuba, algunos comenzaron a recibir salarios en USD. Cosa mala para el Estado, que necesitaba los USD para comerciar con el exterior, no para que circularan en el mercado interno. La solución fue la creación de una nueva moneda cubana con el mismo valor del USD: El CUC. Y así para 1995 ya en Cuba vivían felices los tres: USD, CUP (ya fluctuaba entre 20 y 25 CUP x 1 USD) y CUC (1 CUC x 1 USD). Estas tasas de cambió eran las oficiales para la población, aunque al hacer la operación del cambio en las Casas de Cambio (por supuesto que estatales) cobraban a la población un del monto de la misma (alrededor del 4 %).

Por esos años la economía cubana sequía transformándose (no quiero decir evolucionando, porque hasta la fecha no se ha demostrado irrefutablemente en la práctica que esas transformaciones realmente hayan sido beneficiosas para la población cubana) y se dieron otros fenómenos. Crecía el turismo, los cubanos residentes en el exterior visitaban más la isla, Estados Unidos recrudecía sus sanciones económico-financieras sobre Cuba. El Estado Cubano se percató de la conveniencia de sacar al USD de la circulación del mercado cubano (no de Cuba). 

La situación resultante de todas estas transformaciones monetarias fue la convivencia del CUP y el CUC. El CUP es la moneda nacional. Los salarios, las pensiones, la seguridad social, la contabilidad de empresas estatales y parte de las mixtas, las tiendas de comercio interior (con todas las deficiencias antes mencionadas, y muchas más que ahora no son objeto de análisis), la contratación de productos y servicios entre empresas estatales, la asignación del presupuesto, las estadísticas económicas y muchas otras funciones económico-financieras (y principalmente las organizadas por el Estado, o sea la gran mayoría), se trabajan sobre la base del CUP. Por otra parte, el CUC se estabilizó (como siempre se hizo, por decreto, no como resultado de lo conceptualmente en economía se conoce como mercado) al cambio de 1 CUC x 25 CUP. En las tiendas recaudadoras de divisas (con las particularidades antes mencionadas por mí), cadenas de centros gastronómicos como Di Tú o Silvayn, parte de la contabilidad de empresas mixtas y algunas estatales, parte de la remuneración de trabajadores de empresas que comercian con monedas diferentes del CUP, se trabaja sobre la base del CUC. El sector privado utiliza cualquiera de las dos monedas. El USD se utiliza solo por empresas que tienen autorización para importar y exportar. Si alguna persona posee USD (ya sea por remesas o personas recién llegadas del exterior) estos deben ser cambiados en las casas de cambio a 1 USD x 1 CUC o 25 CUP (independientemente de la valorización o devaluación que sufra el USD internacionalmente).

¿Le ha parecido complicado lo que ha leído hasta ahora? En ese caso ¿qué es lo complicado, mi explicación o la forma en que han conducido la política monetaria nuestra querida clase dirigente en Cuba, comendada por el Comandante? Pues le tengo noticias, ahora es que esto empieza. Todo lo anterior solo ha sido una contextualización para que se comprenda la segunda parte de este guión. Si ha experimentado alguna dificultad en la lectura, le sugiero que tome un descanso, converse con personas que conozcan sobre el tema, y piense usted mismo si esta política monetaria sería la más correcta, si puede perfeccionarse y como sería su país si funcionara así.

¿Listo para continuar? Estoy seguro de que si aplicó los consejos del párrafo anterior comenzaron a surgirle dudas o vislumbró algunos detalles que pueden dar lugar a incongruencias. Le puedo asegurar que esas dudas e incongruencias no pueden ser con respecto a mi explicación, ya que lo único que he hecho ha sido describir, tal y como es la política monetaria en Cuba.  

Hay tantos detalles oscuros en esta política monetaria que no sé por dónde comenzar, ya que todo está horizontalmente interconectado. Probemos como primera observación el hecho que a pesar de ser claro para todos los consumidores cubanos (y nuestra mente, nuestras cuentas, nuestra economía familiar funciona en sobre la base de que…) 1 CUC (o un USD) tiene el valor de 25 CUP. Internacionalmente y a los efectos de la contabilidad de determinadas empresas, para determinadas actividades (indistintamente y a conveniencia de nadie sabe quién) todavía se considera que 1 CUC (o un USD) tiene el valor de 1 CUP. ¡Cosa loca! De pronto por cada CUC o USD que se transfiere de una entidad a otra, hay 24 CUP que se ganan o se pierden de la nada. 

Veamos lo anterior con varios ejemplos. 

Una empresa mixta, en la práctica dirigida por una compañía extranjera, no puede contratar mano de obra cubana directamente. Debe hacerlo a través de una agencia empleadora nacional, cuya función es presentar a los mejores candidatos para determinado puesto laboral. También es encargada de hacer el proceso de contratación con ese especialista cubano y garantizarle su salario. La empresa empleadora demanda de la empresa mixta un salario para ese especialista tomando como referencia el pago que se hace internacionalmente por la labor que desempeñará, digamos 3 000 USD. De ellos la agencia plantea que por sus propios servicio tomará para 500 USD de los 3 000 USD y los restantes 2 500 USD serán para el especialista. Pero recuerde que el USD no circula en el mercado cubano. Entonces la agencia aplica la tasa de cambio de 1 x 1 y en vez de entregarle al especialista 2 500 USD le entrega 2 500 CUP. 

Ahora el especialista desea comprarse un televisor de 250 CUC (los efectos electrodomésticos, y muchos otros, solo se comercializan en las tiendas TRD, o sea, en CUC). Puede pagar directamente en CUC o en su equivalente en CUP por la tasa de cambio de 1 CUC x 25 CUP (y en eso consiste lo que se conoce como dualidad cambiaria). Y así es como de pronto los ingresos de una persona simplemente se esfuman sin ton ni son, porque con esa tasa de cambio los 2 500 CUP se cambiarían por solo 100 CUC. ¿Ya vio la magia? De 2 500 USD (equivalente  a 2 500 CUC de acuerdo a la tasa de cambio) que la empresa mixta destina para la remuneración de ese trabajador, él solo percibe 100 CUC. Una diferencia de 2 400 USD, o CUC, simplemente se desvanece. De alguna forma prácticamente imposible de percibir esa diferencia, (24 veces lo que percibe el trabajador) fruto del trabajo de esa persona, va a parar a manos de nadie sabe quién. ¿Ya están comenzando a comprender el título de este artículo? Sigamos, aún hay muchas más cosas interesantes.

Volvamos al televisor. Se necesita 6 250 CUP para comprarlo. Debido a que físicamente el trabajador recibe 2 500 CUP mensuales, necesita ahorrar por completo todo su salario durante dos meses y medio; cosa imposible si solo vive de su trabajo, como generalmente debería ser según la lógica de cualquier economía nacional o empresarial. Para hablar nuevamente en términos prácticos, si el especialista logra llevar una vida austera y racionalizada a la vez que no se incrementan los precios, no desaparecen los productos más económicos de los establecimientos comerciales y no sufre ninguna novedad en su vida durante el tiempo suficiente (cosa bien difícil en Cuba), podrá sobrevivir con 1 500 CUP y ahorrar 1 000 CUP al mes. Así podrá comprarse el televisor en 7 meses. Si desea mantener un nivel de vida moderado no podrá ahorrar ni comprarse el televisor nunca. 

Si al contrario de todo lo que se describe en este ejemplo, al especialista se le aplicara la tasa de cambo de 1 x 1 recibiría 2 500 CUC (que es realmente lo que le paga la empresa mixta por su trabajo) y podría comprarse su televisor en un mes y mantener un alto nivel de vida al mismo tiempo.

No se deje confundir por el planteamiento de que hay casos en que los trabajadores reciben (de parte de la empresa empleadora, que es la que les paga directamente a ellos) parte de su salario directamente en CUC. Estos CUC que reciben son ínfimos, despreciables, una limosna comparado con lo que producen o con lo que la empresa mixta destina para su salario (es bastante común que esta cantidad sea 44 CUC, 44 CUC de 2 500 CUC que la empresa mixta le paga, eso representa el 1,76% de lo que le paga su empresa mixta a través de la empresa empleadora). Esta ínfima cantidad de pesos convertibles la empresa empleadora no la paga porque sea buena o considerada. El motivo es que de no hacerlo, para los trabajadores no valdría la pena trabajar y la empresa empleadora entraría en quiebra. Es decir, esta es una cantidad mínima de dinero por la que el especialista  trabajaría, no es la verdadera remuneración por el fruto de su trabajo. Esta cantidad mínima es realmente mínima (y valga la redundancia), debido a que esta situación (e incluso  más grave) se repite en cada centro laboral y los trabajadores no tienen más que resignarse a trabajar por esa miseria, ya sea en un lugar u otro. 

Por supuesto, el trabajador ignora todo esto. Cuando hace su contrato con le empresa empleadora se le explica que recibirá mensualmente 2 500 CUP y 44 CUC (equivalente a otros 1 100 CUP). Se le hace saber que esa es una suma mucho más alta que el salario promedio, que muy poca gente en Cuba gana eso, que no obtendrá tanta remuneración en ningún otro lugar y que es el hombre más afortunado de Cuba. Si yo fuera Bocaccio diría que este, además de cornudo, está apaleado.


Para no enredarlos mucho en todas estas marañas sigamos con el mismo ejemplo desde otra perspectiva. Esta agencia empleadora estatal tiene contratos con muchas empresas mixtas y con muchos obreros, técnicos y profesionales cubanos. Digamos que por cada cubano recauda para sí 500 USD al mes. Sumados estos, la agencia mensual sería de 5 000 000 USD. Este monto se deposita en una cuenta bancaria de la empresa, pero que es para el presupuesto del Estado. O sea, al hacer el balance contable de cierre del año, estos 5 000 000 de USD que se ingresó cada mes (60 000 000 USD en el año) dejan de ser de la empresa y pasan a formar parte del presupuesto de Estado. A su vez, el Estado le devuelve a la empresa un porciento de lo que ingresó (digamos el 25%, mientras más rentable sea la empresa, menor es ese por ciento) para el desempeño de sus funciones en el año que comienza (gastos de operaciones, salario, reparaciones y mejoramiento de inmuebles, compra que equipamiento, etc.). 

¿A usted le parece justo? A mí me lo perecería si a la empresa le devolvieran 15 000 000 de USD o CUC. Lo que sucede es que le devuelven 15 000 000 de CUP (y más adelante vamos profundizar cómo sucede la magia del desvanecimiento en este caso). Por tanto, cuando la empresa utiliza la parte de sus utilidades establecida para el salario de sus trabajadores, digamos 10%, estos reciben los dividendos de 1 500 000 CUP en vez de 1 500 000 CUC, y aquí se vuelve a repetir la situación del ejemplo 1. Igualmente, la empresa solo podrá dedicar, digamos 1 000 000 de CUP en vez de un 1 000 000 de CUC para la compra de equipos para mejorar la comodidad y productividad de sus trabajadores (como hay tanto contenido en este artículo, no está de más recordar por segunda vez la abismal diferencia de oferta y calidad entre los centros comerciales que operan en CUC y los que operan en CUP). Y así sucede con cada aspecto del desempeño económico-financiero de la empresa. Nuevamente la empresa solo puede disponer de la 25ª parte de lo que realmente se acordó para ella en función de los logros en su gestión. El resto de las 24/25 partes se vuelve a desvanecer.

Puede que usted escuche (o lea) que a estas empresas se les asigna algún presupuesto o se le aprueban gastos en CUC. Al igual que en el ejemplo 1, esta cifra es para actividades puntuales y con previo análisis y aprobación de arriba. No es una cifra o un por ciento fijo de las utilidades de las empresas que estas puedan utilizar a voluntad. Es una cantidad mínima necesaria para que la empresa pueda mantener o aumentar su actividad económica, y para al cierre del año, mantener o aumentar su aporte al “presupuesto del Estado”. 


Este ejemplo quiero dedicarlo al uso de las estadísticas macroeconómicas. Con tanto desbarajuste en la contabilidad y poder adquisitivo de personas y empresas debido a la dualidad monetaria y cambiaria, es imposible determinar indicadores económicos que realmente reflejen el nivel de actividad o eficiencia de una empresa, o el conjunto de estas en el país. Por tanto, nuestras queridas autoridades contabilizan las diferentes actividades económicas indistintamente en cualquier moneda, siempre tratando de demostrar que sus decisiones han sido las mejores. Por ejemplo, el PIB se contabiliza en CUP. No importa si una parte se reportó o ingresó por los actores económicos en CUC o USD, todo se contabiliza en CUP. Es decir, si un año el PIB de Cuba fue de (solo para ejemplificar) 1 000 000 de CUC y 1 000 000 de CUP, en las estadísticas se contabiliza como 2 000 000 de “pesos” (sin especificar). Pero si al próximo año el PIB fue de 0 CUC y 2 000 000 de CUP, este seguirá siendo el mismo del año anterior, aunque en realidad el poder adquisitivo o productivo del país haya disminuido drásticamente. 

Otra forma de esta manifestación negativa de la dualidad monetaria y cambiaria es que cuando se reportan las estadísticas a organismos internacionales, esto se hace en CUP. No obstante, como organismo internacional al fin, este debe llevar esa cifra a USD, para poder tener un punto de referencia que le permita hacer análisis, conclusiones y comparaciones. Entonces, si el salario medio en Cuba es de 740 CUP (cifra real de 2016 que incluye entidades estatales y mixtas), para el organismo internacional será de 740 USD, pero para los cubanos al cambio de 1 CUC x 25 CUP realmente solo son 29,5 CUC, que es una cifra por debajo de lo se considera pobreza por Naciones Unidas (1,25 USD diarios). Y así sucesivamente con todos los indicadores económicos a nivel empresarial y nacional.

Por supuesto, nuestro gobierno año tras año utiliza las estadísticas (que como ya vemos, son ficticias) a su conveniencia. Cuando todos estos cambios monetarios reflejan el incremento de alguna estadística entonces presentan el número absoluto. En caso contrario, no presentan (quiero decir en los medios de comunicación) el número absoluto, sino que presentan algún por ciento favorables para ellos, o el nivel de actividad.

Aquí concluyo con los ejemplos de cómo se manifiesta la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba. Aunque a excepción del salario medio, el umbral de pobreza de Naciones Unidas y las tasas de cambio, las cifras y por cientos que mencioné son hipotéticos, pero también posibles. Fueron utilizados para que usted comprendiera cómo funciona el mecanismo. Todos estos números y mecanismos no son lo que se consideraría como secreto de Estado, pero tampoco es información pública. Nada de esto está abierto a discusión, ni se plantea en los medios de difusión, ni en las novedosas consultas populares, ni en los colectivos laborales. Ni siquiera muchos de los afectados (en estos ejemplos serían trabajadores, directivos de empresas y organismos internacionales) se percatan de lo que sucede. Para ellos solo es algo que debe funcionar así porque alguien (que nadie sabe quién es) con mayor poder de decisión que ellos dice que las cosas deben ser así. Para ellos no vale la pena ponerse a pensar sobre todo esto porque saben que no tendrán ninguna posibilidad de cambiarlo en lo más mínimo. Al contrario, pueden ser víctima de las represarías que debatí en mi artículo sobre la libertad de expresión. Y ya comenzamos a vislumbrar la razón para el título de este artículo. Por supuesto que de este mecanismo no se habla ni se sabe de dónde salió, porque el objetivo de todo ladrón es crear condiciones para cometer el delito y ejecutarlo sin dejar huellas ni rastros.

Otra limitación que tuve para presentar cifras más exactas en los ejemplos es que estos mecanismos y por cientos varían de una empresa a otra. No son uniformes, no existe un procedimiento para ello. Inclusive para empresas similares y en actividades similares estos pueden variar. Simplemente alguien de arriba (ya sea por una ley, resolución, reglamento, orientación u otro mecanismo) dice qué por ciento de los ingresos de la empresa se debe aportar al presupuesto del estado, qué por ciento se puede destinar para el pago de los trabajadores, qué se puede vender o comprar en CUC o CUP, y lo más importante, cuándo se aplica la tasa de cambio de 1 x 1 o 1 x 25. Aunque en una empresa, para determinada actividad parezca que existe una sistematización del procedimiento económico financiero para ejecutarla, no hay nada que impida que desde arriba vuelvan a bajar leyes, resoluciones, reglamentos, orientación, etc., que los modifiquen, sin que exista una razón convincente para ello.

¿Le parecieron complicados o insólitos estos ejemplos? Reitero que no es un error en mi explicación o mi percepción. Las cosas con la doble moneda en Cuba funcionan en esencia así. Ahora, percátese que eso ocurre con cada trabajador, empresa o estadística en Cuba que trabaje directa o indirectamente sobre la base del CUC o USD. Por demás, estos ejemplos sobre salario, funcionamiento de las empresas o uso de las estadísticas no son los únicos. Los efectos distorsionadores de la doble circulación monetaria se extienden a toda actividad e interacción, estatal o no, oficial o no, en la que intervenga directa o indirectamente el CUC o el USD. Ha sucedido así a cada segundo, durante aproximadamente 23 años. ¿Cuántas valoraciones erróneas sobre el desempeño económico financiero o productivo se han hecho? ¿Cuántos errores se han enmascarado? ¿Cuántos USD se han desvanecido? 

Aunque no se lo crea, estos ejemplos solo fueron manifestaciones de la doble circulación monetaria, no son las consecuencias. Estas son aún más insólitas y desagradables. Y es de lo que van a leer en la tercera parte de este artículo. Por ahora vuelva a tomarse un descansito, converse con los que saben y busque estadísticas disponibles sobre cada caso específico para que compruebe todo por usted mismo.

Vamos a las consecuencias de todo este enredo monetario:

 Comencemos de nuevo por el tema del salario. Al trabajador que realiza una labor determinada en su centro de trabajo, se le convence que recibe un por ciento de las utilidades finales de la empresa, la cual recauda en CUC o USD (hipotéticamente digamos 0.01%). Esta cifra se presenta en instancias superiores y está en los marcos regulados por la ley. También está aceptablemente cercana al por ciento que se tiene como referencia internacionalmente. Como la empresa puede recaudar lo mismo en CUC, USD y CUP (aunque la totalidad real de ese año sea en USD o CUC) y todo el cambio es a 1 x 1, en las estadísticas del cierre de año las utilidades de la empresa se reportan solo en “pesos” (sin distinción). Por tanto, al trabajador le entregan su 0.01% de las utilidades también en “pesos” (cubanos, CUP). 

Este es el mecanismo que se conoce, el que se presenta en los medios de comunicación y el que se “debate”. Como “pesos” y “pesos” es literalmente lo mismo, al trabajador, a cualquier observador o analista internacional, y posiblemente ahora mismo hasta a usted, le parece que es un sistema totalmente “justo”, “equitativo”, “sostenible”, ”sustentable”, “progresista”, “revolucionario” y ”socialista”. El trabajador va a trabajar contento porque con ese por ciento sí se le retribuye su trabajo en su justa medida y no hay explotación. Tiene y ejerce todo su derecho a una vida y trabajo dignos. Todo eso fue gracias a la “Revolución” porque antes de 1959 no había ni vida ni trabajo dignos, todos eran explotados y estaban descontentos. Chico, ¡qué buena es la Revolución!

Pero de lo que sucede en realidad no se conoce (por lo menos en su esencia), no se presenta en los medios de difusión ni se debate. Lo que sucede es que el trabajador va a las tiendas que comercian en CUC (y está obligado a ir para comprar productos que no existen en las tiendas que comercian en CUP) debe cambiar 25 de sus CUP por 1 CUC. Es decir, su 0.01% se hace 25 veces más pequeño. Como los precios de las tiendas son el 250% (en el mejor de los casos) de los precios por los que se adquieren los productos en el mercado internacional, el trabajador puede comprar 60 veces menos de lo que compra uno que hace su misma labor en un país de desarrollo medio. Entonces el sistema se hace 25 veces más injusto, 25 veces menos equitativo,  25 veces menos sostenible, 25 veces menos sustentable, 25 veces menos progresista, 25 veces menos revolucionario y 25 veces menos socialista. El trabajador está 25 veces menos contento porque con ese por ciento malamente solo puede comprar comida (como expliqué en mi primer artículo sobre derechos humanos) y se siente 25 veces más explotado porque no entiende por qué si su empresa produce tantos recursos, luego puede adquirir tan poco para sí. Todavía confundido se pregunta si está trabajando 24 veces más para otra persona (que no sabe quién es) que para él mismo y tiene 25 veces más dudas sobre si su vida y su trabajo son tan dignos como se plantea por los Derechos Humanos. Se da cuenta de que esa situación es culpa de la Revolución y que hay tanto subdesarrollo (en términos relativos, teniendo en cuenta que han pasado 60 años), tanta explotación, tanto descontento, tan mala vida y trabajo como antes de 1959.

Más humillado se siente aún cuando ve a alguien que, haciendo la misma labor que él en otra empresa, recibe el mismo 0.01% de las utilidades pero la mitad en CUC (no tiene que dividirla luego por 25). Solo porque alguien de arriba dijo que su empresa tenía que pagar en CUP mientras que en la del otro se paga la mitad en CUC y la mitad en CUP, sin un motivo convincente. O lo que es peor, que una persona que no estudió y que no trabaja reciba remesas directamente en USD, lo cambie a 1 x 1 y tenga una vida 25 veces más buena que él. Piense en todo el impacto que tiene esta situación en la fuerza laboral del país (la productividad de esta en cantidad y calidad), cada vez más desmotivada para estudiar, trabajar y producir, y más motivada a emigrar, robar y delinquir.


Sigamos con las empresas. Además de su aporte al presupuesto del Estado (que retomaré para las conclusiones) debo resaltar el tema de la contabilidad como medio para el análisis de su desempeño económico-productivo. La contabilidad de las empresas es totalmente ficticia. Vayamos a un ejemplo concreto: una empresa que elabora lápices para exportar a 2 USD. En un año exporta 1 000 000 de unidades y recauda 2 000 000 de USD que se contabiliza como 2 000 000 de “pesos”. Al siguiente año elabora también 1 000 000 de unidades pero de mala calidad porque se hicieron con materia prima más barata. Los lápices no se pueden exportar (por malos) y se venden en los establecimientos de comercio interior en CUP, pero al 250%, o sea 5 CUP. Recauda 5 000 000 de CUP que se contabiliza como “pesos”. De esa forma la empresa contabiliza superiores ingresos con ahorro en los gastos. Parece que es una empresa súper-eficiente, porque en otros países para tener los mismos ingresos (5 000 000 de USD, que en el lenguaje cubano son 5 000 000 de “pesos”) tienen que hacer gastos inconmensurablemente superiores a los de la empresa cubana. ¿Usted cree que eso sea cierto, cuando la calidad disminuyó tanto? 

Lo que en realidad sucedió fue que la empresa confeccionó unos lápices de porquería que no valen ni un centavo, por eso en el exterior nadie los quiere comprar. Es como echar a perder toda su inversión y todo el trabajo de ese año. Eso la convertiría en una empresa… (¡¿en una empresa?!) realmente ineficiente. Entonces la ineficiencia la paga el consumidor cubano que tiene que comprar lápices tan malos que no los compraría nadie en otro país, por un precio que no pagaría nadie en otro país.

Aunque actualmente se está profundizando el análisis desde arriba sobre esta situación (debido a que si la práctica se generalizara, entonces no se ingresarían USD al Estado) y se está estimulando la exportación, este escenario fue mucho más común y todavía se utiliza para presentar muchas estadísticas ficticias a los de abajo, que no llegn  hacer este tio de interpretación.

Pero si al tercer año la labor de la empresa se mantiene exactamente igual que en el primero, entonces no se hace énfasis en los “pesos” que se ingresaron. Se hace énfasis en los lápices que se exportaron y en los USD que se ingresaron y que fueron más que el año anterior. De esa forma no importa el desempaño de la empresa. Las estadísticas siempre la mostrarán como una empresa eficiente y creciente.

Ahora veamos el caso contrario. La empresa forestal que le vendió madera a la que exporta lápices también vende madera a talleres que elaboran muebles escolares para nuestras escuelas. Esta empresa forestal solo está autorizada a comerciar en CUP. Vende su madera a un precio numéricamente similar al precio internacional de referencia. Debe hacer una inversión para comprar cierras eléctricas. Estas se importan y se venden a través de las TRD o de Almacenes Universales y ambos comercian en CUC. Estas están dispuestas a vender las cierras en CUP a la empresa forestal, ya que esa es la única moneda que esta puede poseer. Entonces se venden las cierras en CUP, pero no a cambio de 1 x 1, sino a 1 CUC x 25 CUP. Entonces supongamos que las cierras cuestan en el mercado internacional 100 USD cada una. Las TRD las venden en 2500 CUC y la empresa forestal, que solo está autorizada a operar en CUP, y cuyos trabajadores solo cobran en CUP, debe pagar por ellas 62 500 CUP. Entonces esta empresa forestal, a pesar de que vende su madera a precios numéricamente similar al precio de referencia internacional, deben comprar las cierras y hacer otros tipos de inversiones por un costo 60 veces numéricamente superior al de referencia internacional.

Estos son ejemplos muy sencillos con cifras hipotéticas (por las limitaciones que expliqué anteriormente), aunque posibles, para que se entienda esta consecuencia. Usted mismo aplique esta realidad tanto a los ingresos como a los gastos, a actividades económicas mucho más estratégicas que la producción de lápices, piense en ejemplos más complejos e impactantes y se percatará de la magnitud del problema. Dese cuenta de que estas diferencias numéricas abismales, a favor o en contra, de costos e ingresos en CUP o CUC, luego se traducen en diferencias abismales, a favor o en contra, del poder adquisitivo de las empresas y sus trabajadores, no basadas en el trabajo o la productividad. Piense en cómo afecta eso en la toma de decisiones a nivel empresarial y nacional, en cómo facilita este cambia-cambia la ocurrencia de hechos de robo y corrupción. Aquí tenemos otro indicio para reafirmar el título del artículo, porque,… a río revuelto, ganancia para el pescador.

Ya casi llegamos al final. Es vez no se detenga, haga un último esfuercito por descubrir en qué consiste el robo más grande de la historia. Lo primero que me pregunto es: ¿Por qué alguien crearía un mecanismo tan complicado e incluso costoso (hay que mantener casas de cambio, personal, impresión y movimiento de billetes y monedas, etc), cuando en cualquier país (al menos a lo interno) la economía funciona perfectamente con una sola moneda? La misma pregunta se la han planteado economistas cubanos (teóricos y académicos no vinculados al sistema empresarial) desde hace muchos años. Se ha hecho este planteado (muy modestamente, sin hacer un análisis tan sincero como este) tan justo y evidente que los mismos que lo crearon, propusieron o aceptaron (me refiero principalmente al Partido, entre otros actores y personas) reconocieron, oficialmente desde 2011, que esta situación de la doble moneda es una limitación para el desarrollo de la economía en Cuba (así se reconoció en el VI Congreso del Partido). Es tan evidente que a finales de 2017 (6 años después, y no lo digo como un elogio) Raúl reconoció el problema como uno de los principales de la economía cubana. Pero lo que me sorprendió fue la solución que dio. Dijo que debemos seguir trabajando para crear las condiciones para la unificación de la moneda. Este fue un planteamiento ambiguo (hasta creo que con intención) porque no especificó si los que “debemos” somos todos los cubanos o los genios que inventaron ese sistema monetario. Mi interpretación basada en el contexto fue que se refirió a todos los cubanos, esos que no tuvimos nada que ver en la creación del problema y que no tenemos poder de decisión.

Las condiciones que se deben crear para unificar la moneda según se ha planteado, sin lograr convencer mucho, es que primero se debe aumentar la producción (sin precisar en qué por ciento o volumen debe ser ese aumento), valorizar el CUP (sin precisar en qué volumen o por ciento), crear mecanismos de procedimientos financiero-comerciales, ajustar precios y otros detalles por el estilo. Puede que para algún teórico de la economía que no viva en Cuba esto le parezca muy lógico, pero yo que vivo en Cuba digo: En la práctica se ha demostrado que Cuba está produciendo prácticamente al máximo de sus posibilidades  y que ni la producción va a aumentar en forma considerable, ni se va a valorizar el CUP, que cada día tienen menos valor. También me pregunto: ¿Cómo es posible que se creara un mecanismo costoso y tan perjudicial para la economía y vida de los cubanos de un día para otro, sin preguntar, sin pedir opiniones y sin dar explicaciones, y ahora, para resolver el problema son necesarios tanto trámite y ceremonia? ¿Cómo se entiende que para eliminar un freno a la economía, se debe esperar a que esta crezca, cuando ese freno no la deja crecer? Nada de esto tiene lógica, Cuba no tiene una economía, Cuba no es un país, Cuba es una gran broma.

¿Entonces por qué sucede todo esto? Como parte del desarrollo lógico del título de este artículo, debo señalar que esta estrategia de desarrollo económico del país de principio de los años 90 estuvo dirigida por el Ministerio de las Fuerzas Armadas (FAR). Allí existe una muy ramificada estructura empresarial encargada de desarrollar y fiscalizar todos estos grandes negocios que se mantienen en la actualidad y se perfeccionan cada día. También debemos recordar que el Ministro de las FAR era Raúl Castro Ruz, hermano del Presidente Fidel Castro y su posterior sustituto hasta días recientes. Aunque ya no es Ministro de las FAR, Raúl es todavía el General de Ejército y superior del actual Ministro, también designado por él y que, usted puede estar convencido, responde a sus intereses. 

El hecho es que las casas de cambio, la mayor parte del sector turístico, la mayor parte de las tiendas recaudadoras de divisas, la mayor parte de las empresas mixtas, la mayor parte de las empresas empleadoras, en fin la mayor parte de las instituciones que recaudan CUC, pertenecen al área empresarial de las FAR. Es muy difícil decir hasta que punto o cuáles son las entidades económicas subordinadas a ese organismo, porque como dije anteriormente, nada de esto es público y todo se maneja con mucha discreción. 

Las FAR crea instituciones económicas con nombres que nada tienen que ver con la defensa (lo que la mayoría de los países llamarían Seguridad Nacional). Tienen  su propia personalidad jurídica, con su propia cuenta bancaria, con personal civil (hasta un nivel de dirección determinado). Se rigen por las leyes civiles (aunque pueden operar bajo regímenes especiales en una circunstancia o para alguna actividad estratégica) e interactúan con otros agentes económicos civiles con el mismo fin de obtener ganancias, como cualquier empresa civil. Estas entidades económicas se unen y crean grupos empresariales, se vuelven a dividir, se integran o absorben otras que eran subordinadas a otros organismos, se unen a entidades extranjeras y crean empresas mixtas, se cambian el nombre, contratan a terceros que trabajan para ellas, etc. En fin, que si no hay información adecuada y sistemática sobre qué está subordinado a las FAR (o al Ministerio del Interior, también sometido a las FAR), es imposible saber con certeza qué es de ellos y qué no.

Vamos a ver algunos ejemplos de estas empresas del Grupo de Administración Empresarial (GAE) de las FAR. Comencemos por la cadena de tiendas TRD (tiendas recaudadoras de divisas). Esta también se conoce indistintamente como tiendas Caribe,  no queda claro (si se toma la información que se puede extraer de los medios de comunicación) si esta es otra cadena de tiendas que recauda divisas, si es la misma cadena que utiliza dos nombres o si las Tiendas Caribe son una cadena de tiendas diferente pero subordinada a TRD. TRD También se ha asociado a compañías extranjeras y cedió algunos de sus establecimientos para crear las cadenas Agua y Jabón, de aseo personal y limpieza (de proveedor Italiano) y Minimax, de alimentos (de proveedores Españoles). Este es un ejemplo de cómo las empresas del GAE se dividen, se asocian a compañías extranjeras, se cambian los nombres, la personalidad jurídica y las cuentas bancarias. Estos movimientos no se explican en los medios, no se pide opinión ni permiso, simplemente aparecen. Así es muy difícil seguirles la pista y relacionarlas con las FAR.

Otro ejemplo son las sociedades mercantiles o anónimas, las empresas S.A, que proliferaron a principio y mediado de los 90, cuando se fortaleció la estrategia (explicada al principio) para la recaudación de divisas. Estas empresas no están formalmente vinculadas a ningún Organismo de la Administración Central del Estado (por sus siglas OACEs: Ministerios, Institutos Nacionales). Otra característica de estas entidades es la presencia de capital o administración foránea (al menos en sus inicios, porque con el tiempo se fueron transformando a sociedades de capital completamente cubano). Además, para la creación de estas sociedades no existía una Ley propia y fiscalizable. Simplemente para algunos casos se aplicaban determinados mecanismos y condiciones (dictados desde arriba), y en otros casos era diferente. Finalmente, la característica para mí más importante es que como son entidades vinculadas a la defensa, “estratégicas”, etc., tienen un sistema de fiscalización diferente al de los OACEs. Es decir, existen limitaciones para que una comisión del Parlamento, de la Administración de la Provincia donde radica la Sociedad Anónima en cuestión, de la Fiscalía o de la Contraloría pueda hacer inspecciones a sus instalaciones o a su contabilidad, como a cualquier otra empresa estatal, o de las recientes empresas mixtas.

Entre estas sociedades se encuentra ETECSA (monopolio de las telecomunicaciones en CUBA, aplica tarifas de precios excesivos y es muy rentable; en sus inicios era parte Italiana), CACSA (forma el monopolio de la aviación en Cuba), SEPSA (agencia de seguridad paramilitar que creó una nueva rama: Transval), Almacenes Universales S.A. (monopolio proveedor de las TRD y otros comercios en CUC, intermediario entre estas y las empresas importadoras), CUPET (monopolio del petróleo), CIMEX (comercializadora en CUC pero especializada en la venta al por mayor a personas jurçidicas) y otras agencias cuyo distintivo S.A. no es común que aparezca con su nombre conocido y por eso no las podemos identificar. Un análisis aparte merece CADECA (las casa de cambio) S.A. (si, como si le hubieran dado un mazazo, CADECA también es S.A.). 

Otra mención aparte merece la banca cubana, integrada por el Banco Nacional de Cuba, Banco Popular de Ahorro, Banco de Crédito y Comercio, Banco de Comercio Internacional y puede que alguna otra ramificación. Aunque no hay indicios palpables de alguna relación con las FAR, esta también opera con varias monedas y oficialmente es la encargada de supervisar y crear los mecanismos para el cambio de las mismas. Además, nunca comprendí el funcionamiento de esta institución, que tiene funciones similares a la de la banca privada, en un país en que esta es pública y opera con el dinero del Estado socialista, dinero aportado por todos los cubanos con su trabajo. Es como si alguien te prestara tu propio dinero y luego debes devolvérselo con intereses. Pero ya esto es costilla de otro costal y hay que tener mucha información (que no existe) sobre su funcionamiento, para poder arribar a alguna conclusión acertada. 

Siguiendo con grupos empresariales que pertenecen al GAE tenemos a su hijo pródigo: Gaviota (monopolio hotelero con el que se está realizando toda la inversión extranjera en el sector, principalmente desde alrededor de 2015, cuando se potenció la inversión extranjera en la materia y se definieron nuevos polos turísticos. En 2018 se apropió de la capacidad hotelera de Habaguanex, en la Habana Vieja), a su vez subdividida en Transgaviota (servicio de transporte terrestre para turismo), Aerogaviota (transporte aéreo) y otras no conocidas para la población. 

Muchas de las empresas exportadoras e importadoras (que como no interactúan con el mercado nacional, no son conocidas por la población) también son parte de este sistema. Estas son las únicas autorizadas a realizar comercio internacional. Si un productor o consumidor desea exportar o importar debe hacerlo obligatoriamente a través de ellas. Oficialmente estas pertenecen al Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera. Pero vaya casualidad, buscando información sobre esas empresas visité la página de la Cámara de Comercio (también del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, encargada de promover estas actividades) y sus corroes de contacto tienen dominio del GAE. Es decir, los especialistas de la Cámara de Comercio son del GAE. Otra pista que me lleva a esa conclusión es que el mecanismo que describiré al final no puede funcionar sin la complicidad del Ministerio de Comercio Exterior.

Si las instituciones para la inversión extranjera, el turismo y el comercio exterior también son (en mayor o menor grado de subordinación) del GAE, también lo son las empresas empleadoras (ya en el ejemplo 1 expliqué el papel que juegan para apropiarse del pago a los trabajadores) de esos sectores.

Retomo el caso de CADECA S.A. Oficialmente es una institución perteneciente al Banco Nacional de Cuba. Esta la institución encargada de organizar la política monetaria en Cuba. Es una institución no lucrativa, equivalente a la Reserva Federal en Estados Unidos. Entonces ¿cómo una entidad de regulación estatal sin fines de lucro crea una organización S.A., cuyo fin es atraer inversión extranjera y convertirla en ganancias? Es porque el Banco Nacional de Cuba solo en una tapadera. Además del indicio de que CADECA es S.A., otra pista que me lleva a esa conclusión es que nuevamente el mecanismo descrito al final de este trabajo también necesita la complicidad del Banco Nacional. 

Todas estas sociedades y empresas (y otras que no conocemos o que no podemos identificar con el GAE debido al enmascaramiento de que son objeto) operan en CUC, son monopolios en Cuba y son muy rentables, las más rentables del país. En fin, el GAE tiene bajo su control la mayor parte de la economía cubana, no en número de empresas o entidades comerciales, pero sí en término de ingresos y capitales.

¡Felicidades! Este es el gran final, pero la parte más compleja. Ahora reúna toda esta información, todas estas situaciones y aplíquelas simultáneamente a la sociedad. Lo ayudo, hagamos un resumen. Para el comercio interior en Cuba existen dos monedas: oficial CUP y CUC. Estas se cambian por la tasa de 1 CUC x 1 CUP (es la reconocida internacionalmente) o 1 CUC x 25 CUP; 1 CUC = 1 USD para el comercio externo. El uso de una o ambas de estas monedas y las tasas de cambio se aplican (por mandato o resolución, no por la lógica propia del mercado), indistinta y arbitrariamente (aunque siempre se trata de presentar alguna justificación la mayoría de las veces no convincente), a los distintos actores económicos (todos: nacionales no lucrativos, empresariales, personas, etc.) tanto para la venta como para la compra. Esta dualidad monetaria y cambiaria trae beneficios y perjuicios considerables, de nuevo indistinta y arbitrariamente, para esos actores económicos. A pesar de los distintos procedimientos de cambio y supuesta compensación, al final de la cadena los que poseen CUC tienen mayor poder adquisitivo (25 veces más, no basado en la productividad) que los que operan con CUP. Este sistema es costoso y negativo para la economía cubana (cosa reconocida oficialmente), por la distorsión que ocasiona en la valoración de la eficiencia y en la toma de decisiones económicas, y por el desbalance que crea en el sistema de remuneración de los trabajadores. Propicia la ocurrencia de ilegalidades. Incluso, aún cuando no se cometa ninguna ilegalidad y se cumpla con los procedimientos establecidos, ocurre un desvanecimiento de un monto de dinero, sin que este sea rastreable o cuantificable. 

Por otro lado, en este mecanismo de dualidad monetaria y cambiaria está aprobado como mínimo por el Partido, el Presidente, la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Banco Nacional de Cuba. En él tienen una fuerte participación empresas de comercio exterior, empresas producto de la inversión extranjera, las llamadas Sociedades Anónimas, grupos y cadenas empresariales que son monopólicas en Cuba en su área de desempeño. Son extremadamente rentables y por decreto (no necesariamente por lógica del mercado) mantienen una relación ventajosa con respecto a otras empresas cubanas, como producto de la dualidad monetaria y cambiaria. Estas instituciones tienen regímenes especiales que limitan su fiscalización por parte de los órganos estatales pertinentes. Estas instituciones están prácticamente bajo la dirección de una persona. Raúl Castro está al frente del Partido como su Primer Secretario; ha sido presidente de Cuba durante más de 10 años, fue hermano del anterior y sin duda tiene gran influencia sobre el presidente actual designado por él (aunque por el proceso electoral cubano en apariencia no sea así). Raúl fue Ministro de las FAR cuando se creó todo este mecanismo monetario, por tanto, estaba al frente del GAE y todas sus entidades económicas antes mencionadas. Actualmente sigue siendo General de Ejército y superior del Ministro actual de las fuerzas armadas, también designado por él. En el caso de la Asamblea, cualquiera que conozca un poquito de política en Cuba sabe que esta aprueba todo lo que proponga el Presidente o el Partido (como se explica en mi artículo sobre democracia) y nunca los ha contradicho. Las empresas y negocios antes mencionados están en manos del GAE, por tanto en manos del MINFAR, por tanto en manos de Raúl. Es decir, todo el sistema, aunque aparentemente está compuesto por entidades independientes, está balanceado, es fiscalizable, seguro, justo, etc., en realidad funciona como una sinfonía armónica bajo la batuta del mismo director. 

Ahora observe:

Partamos del día 0, allá a principios de los 90 y comencemos a comerciar con USD (se contabiliza como “pesos”) en las TRD. Supongamos que un día recaudamos 1 000 “pesos” (USD). Estos pasan a CADECA para que las personas que no reciben dólares directamente, también pueda comprar en las TRD. Estos “pesos” (USD) se cambian por “pesos” (CUP), 25 000 “pesos” (CUP; tasa de cambio de 1 x 25, no fue la utilizada en un primer momento, pero tomémosla de referencia para mantener una uniformidad en nuestro análisis). Al final del día TRD debe aportar sus ganancias al presupuesto del Estado. Sus ganancias es 0 “pesos” (USD) puesto que los 1 000 “pesos” (USD) recaudados pasaron a CADECA. CADECA, oficialmente independiente de TRD (pero en el párrafo anterior vimos que no es así) también debe hacer su aporte al presupuesto del Estado. Esta tiene 25 000 “pesos” (CUP), pero como tiene registrado que recibió 1 000 “pesos” (USD), devuelve exactamente los mismos 1 000 “pesos” en CUP, que es la moneda con que se trabaja el presupuesto del Estado. Entonces CADECA retiene 24 000 “pesos” (CUP) que no están registrados en ninguna parte y parece que salieron del aire. 

Estos 24 000 “pesos” (CUP) no registrados luego se vuelven a vender a personas que sí reciben USD directamente, pero necesitan CUP para comprar en comercios que solo aceptan esta última moneda. En este caso el cambio no es 1 USD x 25 CUP. ¿Recuerda cuando dije que en las casas de cambio a la tasa de cambio oficial se le agregaba un por ciento por la operación del cambio? En este caso en que la CEDECA se deshace de moneda CUP, la tasa de cambio es de 1 USD x 24 CUP. Entonces con estos 24 000 “pesos” (CUP) no registrados, se obtienen 1 000 “pesos” (USD) no registrados. 1 000 USD salidos del aire. ¡MAGIA! No hay robo, no hay corrupción, no se violó ningún reglamento. ¡MAGIA!

Mire este otro caso. Una empresa exportadora compra lápices en la industria nacional a 1 “peso” (CUP) la unidad (esta industria nacional está obligada por decreto a vender sus lápices a la empresa exportadora, aunque no sea su mejor opción; también solo está autorizada a comerciar en CUP). La empresa exportadora compra 1 000 lápices que luego vende en el exterior al mismo precio en USD. Al cierre del proceso, debe abonar sus ganancias al presupuesto del Estado. Sus ganancias fue de 0, ya que 1 000 CUP que gasto fue lo mismo que ingreso (1 000 USD) al cambio oficial e internacional de 1 x 1. Entonces la empresa a través de CADECA convierte 40 de esos USD en 1 000 “pesos” (CUP) que utilizará para hacer nuevamente la misma operación. De esa forma retiene 960 USD no registrados. 960 USD salidos del aire. ¡MAGIA! No hay robo, no hay corrupción, no se violó ningún reglamento. ¡MAGIA!

Veamos otro caso incluso más sencillo. La cadena hotelera Gaviota obtiene 100 000 000 de CUC como ganancias en el año, de las que debe aportar al presupuesto del Estado 50 000 000 de CUC. Simplemente, como no puede ser objeto de fiscalización declara que solo tuvo ganancias de 50 000 000 de CUC, por lo que aporta al presupuesto del Estado 25 000 000 de CUC. De esa forma retiene 25 000 000 de CUC para sus operaciones del próximo año y 50 000 000 de CUC se queden nuevamente en el aire. En este caso el truco es más evidente para usted porque se lo revelo, pero igualmente efectivo para el que lo ejecuta e indetectable para el sistema presupuestario estatal cubano. 

Estos tres son ejemplos simplificados (recalco que no afirmo que suceda exactamente así) para ofrecer una explicación de cómo esta dualidad monetaria y cambiaria facilita la ganancia “limpia” de extremadas sumas de dólares no contabilizados por parte de quien controla este sistema. Ahora imagine que en este movimiento de dinero intervienen muchas empresas del mismo sistema, que intercambian monedas (no solo directamente, también a través del intercambio de mercancías) entre ellas y con el exterior. Además pueden hacerlo con complicidad de las leyes y regulaciones y un gran grado libertad con respecto al sistema de control monetario y presupuestario Estatal. Es imposible saber en qué momento se produce esa “MAGIA” ni a donde van a parar los dólares. Estos dólares no contabilizados sin problema podrían servir para financiar las necesidades de los que controlan el sistema de comprar casas, carros, tener queridas, viajar al exterior o crear su cuenta en Suiza.

Encontrará algún revolucionario acérrimo (cada vez hay menos) que le diga que todo este análisis no tiene sentido, que está mal. Que no es necesario ir a CADECA a comprar pesos convertibles porque las TRD ya operan con pesos cubanos. Que esos dólares se utilizan en los sistemas de Salud y Educación. Que se utiliza para subsidiar productos. Que se utilizan para los programas sociales. Que se utilizan para comprar productos y alimentos en el exterior. 

Yo le digo: Las TRD siguen operando y haciendo su contabilidad en CUC. Los precios que se aplican son en CUC. Aceptan el CUP con la tasa de cambio de 1 CUC x 25 CUP, igual que CADECA. Es decir, lo que hacemos es cambiar como si fuéramos a CADECA y compramos al mismo tiempo. No hay ninguna ventaja en esto, excepto el ahorrarnos la cola de CADECA. Sin embargo, para los que controlan los CUC este es un cambio de procedimiento muy beneficioso ya que también se ahorran el movimiento dinero físico a las dependencias de CEDECA y estos pesos convertibles permanecen menos tiempo en manos de la población.

Salud y Educación (que de por sí producen ingresos) y los productos subsidiados reciben financiamiento en CUP proveniente del bien contabilizado presupuesto del Estado. En el último informe del presupuesto del Estado (que no se puede encontrar publicado en los sitios web de las instituciones cubanas) leído en una sesión de la Asamblea Nacional, se informó que se ingresaron tantos CUP (o pesos) y se asignaron tantos CUP (o pesos). Nunca se mencionaron los pesos convertibles. Es decir, al presupuesto del Estado no llegan los pesos convertibles. Por tanto, ni Salud, ni Educación, ni ninguna actividad presupuestada se financia con los dólares mágicos no registrados.

Los programas sociales y subsidios son financiados con los bien contabilizados impuestos recaudados por la ONAT (equivalente al Departamento del Tesoro en Estados Unidos), según los propios medios gubernamentales de información. No se financian con los dólares mágicos no registrados. Y digo más, ¿para qué sería necesario mantener programas sociales y de subsidios (costosos porque hay que mantener personal, movimiento logístico, infraestructura, mecanismo de contabilización y fiscalización; además para nadie es un secreto el gran desvío de recursos que se produce gracias a estos programas) con ese dinero que la población produce (supuestamente se nos devuelve en una redistribución socialista; gran pretexto para justificar la esfumación del dinero producido por nuestro trabajo) y no le pagan, cuando si a cada quien se le pagara el dinero que genera no tendría necesidad de esos subsidios? ¿Por qué las personas deben esperar (hacer gestiones, desgastarse y perder tiempo) el momento (siempre tardío) a que a alguien se le ocurra entregarles lo que a ese alguien se le ocurra (siempre insuficiente y de mala calidad) para cubrir sus necesidades, cuando eso que se les entrega ya fue producido por el trabajo de los subsidiados? Es como que un ladrón te robara la billetera, el pobre luego se hace el buena gente, te regala 100 pesos de los mil que te robó y luego te lo esté recordando para que le agradezcas el resto de tu vida. Otros programas sociales y de desarrollo local son financiados a partir de la Ayuda Internacional Oficial para el Desarrollo, que se entrega a cambio de nada. 

Los productos y alimentos que se importan desde el exterior son financiados con el bien contabilizado presupuesto que tienen las empresas importadoras para sus operaciones (este es un gasto, independiente de las ganancias). Este financiamiento en USD proviene de las ventas de los productos importados en las TRD al 250% del costo para la empresa importadora en el mercado internacional. No se financian con los dólares mágicos no registrados y producidos por nuestro trabajo no retribuido directmente.

Pero como toda magia siempre hay un truco y en la economía existen leyes como en la física, establezcamos un símil con una de ellas. El dinero (como expresión del valor del trabajo) no se crea ni se destruye, se transforma, para darle la razón a Marx. ¿No le parece que esos dólares mágicos no registrados son los mismos dólares mágicos que se desvanecieron en manos de los trabajadores en el ejemplo 1? ¿No le parece que esos dólares mágicos no registrados son las pérdidas y afectaciones que sufren muchas empresas debido al cambio de moneda como en el ejemplo 2? ¿No le parece que esos dólares son los que pagamos los cubanos de más cuando vamos a las TRD con sus abusivos precios y que los cubanos sacamos también mágicamente nadie sabe de dónde (tema para otro artículo), porque no nos los pagan? 

Un dato extra, aunque no puedo asegurar su veracidad, es que tengo el testimonio de una persona cercana a Raúl, profesional y personalmente, que asegura que esa apropiación de dólares por parte de algunos dirigentes, a través del GAE, y su posterior envío al exterior son reales. También asegura que fue parte de la organización de este mecanismo y sabe con exactitud cómo funcionaba.

Ahora le explico por qué lo creo posible. Solo el robo millonario, bien planificado e intencionado explica cómo después de 23 años en Cuba persiste (y que parece continuará eternamente) un sistema monetario costoso y reconocido como un impedimento fundamental para el desarrollo de la economía cubana. Solo el robo millonario, bien planificado e intencionado explica la inexistencia de información pública precisa sobre le GAE y sus grupos empresariales, el trasiego de estos para enmascarar actividades económicas y su complicidad con entidades estatales. Solo el robo millonario, bien planificado e intencionado explica que persista este sistema monetario que injusta y arbitrariamente beneficia abismalmente a unos (una minoría) en detrimento de otros (la mayoría). Solo el robo millonario, bien planificado e intencionado explica que en un país donde todos los días aumentan las producciones (según los medios de comunicación), disminuyen las importaciones y aumentan las exportaciones (por cierto, en detrimento del mercado interno) y se ha quintuplicado su principal fuente de ingreso (el turismo) en menos de 10 años, sigamos viviendo con un salario medio que apenas alcanza para comer y que está por debajo del umbral de pobreza (como expliqué en mi artículo sobre derechos humanos). Solo el robo millonario, bien planificado e intencionado explica que un trabajador tenga un poder adquisitivo 60 veces menor que uno que hace su misma labor en un país de desarrollo promedio, a pesar de la llamada globalización y la creciente integración y estandarización mundial en todos los sentidos. 

Si me equivoco en algo me equivoco a lo largo del artículo (y no dudo que sea así, debido a lo difuso y ambiguo de la de por sí insuficiente información existente) piense en las preguntas de unos párrafos más atrás y en lo que planteo en el último.

Mi conclusión es que nos roban nuestro trabajo, nos roban nuestro dinero, nos roban nuestro futuro  y nuestros sueños. Lo hacen en nuestras narices y además tratan (y por mucho tiempo lo lograron) de convencernos de que es por nuestro bien, de que somos afortunados, de que sigamos en esta situación con “unidad” y bajo la guía de quien creó (o tuvo un papel fundamental en su creación) y controla este sistema monetario. ¿Cuántas necesidades ha causado este sistema en la población? ¿Cuánta desmotivación por el trabajo, corrupción y malversación (no desde arriba, sino por parte de personas individuales que también se aprovechan de este río revuelto)? ¿Cuánto dinero se habrá esfumado (ahora sí desde arriba) en esos 23 años? Sin dudas que este sistema económico financiero y monetario, que está y seguirá vigente en Cuba, es el robo más grande de la historia.

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