Hay democracia en Cuba?

 ¿Hay democracia en Cuba?                                                                                                 Agosto de 2018

Por Justice Fighter

Primero que todo, para explicarlo de forma sencilla, la democracia es la participación de todo el pueblo en las decisiones políticas de la nación. Esta participación es garantizada por los Estados a través de distintas fórmulas y procedimientos, que como todo, uno(a)s son más efectivo(a)s que otro(a)s.

Ahora sí podemos ir al caso de Cuba. Comencemos por lo siguiente… Según la Constitución, el Partido Comunista de Cuba (PCC), además de ser el único, “… es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado.” 

Algunos se confunden porque también se plantea que “la Asamblea Nacional del Poder Popular es el órgano supremo del poder del Estado”. Y no es mentira. ¿Usted percibe alguna contradicción en lo que digo? Si lo hace, piense en esto: ¡Es que el Partido está por encima del Estado! Repito: el Partido “… es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado.” ¿Ahora todo encaja, verdad?

En Cuba se presenta el sistema democrático como una representación del pueblo en la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuyos diputados son elegidos por el pueblo. Y es lo que parece a primera vista, pero si hacemos una simple profundización, enseguida nos damos cuenta de que no es así. Se lo dejo de tarea hasta que escriba un nuevo artículo sobre la Ley Electoral; sigamos en lo que nos incumbe ahora.

Ya sea el anterior planteamiento sobre los diputados cierto o no, eso no es importante, ya que el Partido está por encima de la Asamblea Nacional. No se deje confundir por los que dicen que el Partido es el encargado de formular las políticas, pero que la Asamblea es la que redacta y aprueba las leyes, o sea, la que decide si se aplica o no una política y la forma en que se hará. Eso se dice para realzar la supuesta autonomía de la Asamblea Nacional con respecto al Partido. Hagamos un simple razonamiento. Si la constitución plantea que el Partido es la máxima autoridad política, la Asamblea no puede emitir ninguna legislación en contra de las políticas del Partido ya que sería inconstitucional. La idea de que la Asamblea decide y en qué forma se aplica una política en Cuba también es un eufemismo, ya que las políticas que plantea el Partido pueden ser más o menos descriptivas, no hay límite para su grado de profundización, y la Asamblea solo tendría capacidad de maniobra en aquello que para el Partido no es de interés estratégico su definición. Conclusión, La Asamblea Nacional de Poder popular está totalmente a merced de la voluntad del Partido. 

También existe la relativamente nueva fórmula de las consultas populares. Consiste en el análisis y discusión del texto de documentos importantes (se ha hecho en el caso de los lineamientos del Partido, la Conceptualización del Modelo Económico, Político y Social de Cuba y el Proyecto de Constitución de 2019, es tea última todavía en proceso) por todos los ciudadanos. Eso se hace principalmente en reuniones en los centros de trabajo y estudiantiles, en los que cualquiera puede proponer una modificación del texto. Estas propuestas (que son miles) son compiladas y, según se han expresados los máximos responsables de estos procesos, todas a opiniones se tienen en cuenta. Finalmente se producen as modificaciones, aprobadas las mismas personas que representan al estado y que redactaron el documento original puesto a discusión y el resultado final se ratifica por la Asamblea Nacional. 

Sin embargo, hay varios aspectos a tener en cuenta. Los principios fundamentales de la Revolución Cubana (entre ellos y sobre todo, la existencia de un solo partido político y su supremacía absoluta sobre la política en Cuba) son invariables según la Constitución y en el discurso político de nuestros dirigentes y nuestros medios de comunicación. No se pueden variar, aún en el supuesto caso de que la mayoría del pueblo cubano (el cubano de a pie) así lo deseen. 

Mi segunda observación es que no todos harían una declaración contraria a la política del Partido, y con toda la sinceridad pertinente, en público y delante de los miembros del Partido (se me olvidaba decirlo, estas reuniones son conducidas por miembros del Partido designados por la cadena de mando partidista que se expone más adelante), para evitar las más sutiles represalia que pudieran sufrir y que también comentaré en otros artículos. 

Tercero: Cuando participamos en estas reuniones, ya vamos condicionados a aceptar los postulados propuestos en esos documentos. Esto es debido al trabajo de propaganda de los medios de comunicación, dirigidos por el Partido, enfocado en convencernos de la necesidad (real o no) de implantar determinada política, norma o procedimiento.

Las personas designadas y preparadas por el Partido para dirigir las reuniones, tienen también la misión de “explicar” (en realidad convencernos) de la conveniencia de las intenciones del texto de esos documentos. De esa forma somos disuadidos de la proposición de cambios. 

Otro aspecto a tener en cuenta es la imprecisión de este tipo de consulta en relación a qué por ciento de la población tomaría una decisión u otra con respecto a determinado tema. Solo se toman los planteamientos que tienen propuestas distintas a las originales, y estas son las que van a las estadísticas, aunque la mayoría de la población esté de acuerdo a mantener el texto o la idea original. Además, si se tienen todas las opiniones en cuenta, aunque la propuesta sea hecha por una sola persona, en todos los temas siempre habrá personas a favor de algo y otras en contra, lo que le da a los decisores finales la posibilidad de decidir a su conveniencia.

Por tanto, el resultado final de estos procesos es que el contenido de los textos termina sin modificaciones sustanciales. No por la calidad del texto primario (y no estoy juzgando si tienen o no), sino porque el propio procedimiento limita la efectividad de las propuestas de modificación, aunque este lo amerite. Se pueden encontrar estadísticas que plantean que luego de la consulta popular se tomaron en cuenta cientos de modificaciones al texto debatido. No es mentira, pero recuerde uno de mis artículos cuando me referí a la forma en que se presentan las estadísticas en Cuba. Esos cientos de cambios no son significativos de una gran democracia. Esos cientos de cambios aprobados son en aspectos menores, en temas de redacción y estilo, en aspectos que no son estratégicos para el Partido y que complacer a la población en ello no afecta los objetivos del texto original. Lo que nunca se dice es cuantas opiniones opuestas o modificaciones se propusieron con respecto a los antes mencionados principios de la revolución cubana, o a puntos de vista de nuestros queridos dirigentes referentes en temas claves del funcionamiento del Estado y el gobierno.  

Espero que con todos estos argumentos se haya convencido que las decisiones importantes en Cuba las toma el Partido. Esta es una organización elitista y integrada por la “vanguardia organizada de la nación cubana” (según la Constitución). Para que se comprenda como funciona en la práctica. Para ingresar al Partido se debe ser propuesto y aprobado por sus miembros (en la célula más básica), si estos consideran que la actitud y pensamientos del propuesto se corresponden con los valores positivos de un ser humano y con los preceptos y políticas de la Revolución. El mismo procedimiento se utiliza en el caso de los ascensos. ¿Y quién determina cuáles son esos preceptos de la revolución que deben tener en cuenta los miembros del Partido? Al comité de base (célula más pequeña que engloba a los miembros del partido de un centro laboral) se lo orienta el del municipio, al del municipio se lo orienta el de la provincia, al de la provincia se lo orienta el Comité Central del Partico, a este se lo orienta el Buró Político, cuyo Primer Secretario (y ente dirigente) fue durante 46 años Fidel Castro, quien luego fue sustituido por Raúl Castro, ambos, y no por casualidad, también presidentes de país.  Es decir, que quien tenga ideas (principios) diferentes a las suyas no será nunca miembro del Partido, y mientras más cercanas sean las ideas de unas personas a las del Primer Secretario del Partido (al menos en la apariencia), más podrá  ascender en la estructura organizativa del mismo.

Si todo esto le parece de horror y misterio, entonces no siga leyendo, o tendrá pesadillas porque hay más. Escribí un poco sobre el poder del Partido en la toma de decisiones estratégicas a nivel central. Por si fuera poco, lo mismo sucede a nivel provincial, municipal y local. El Partido (sus dirigentes designados a esos niveles, ya que el Partido son personas) en su trabajo cotidiano visita las dependencias del poder popular (elegidas por el pueblo, pero a través de un proceso electoral cuyo sentido de democracia también es tan débil que no me será nada difícil de criticar en futuros artículos), empresas, centros educativos, representaciones ministeriales provinciales y locales, etc., y les dice si su trabajo está o no está bien hecho y cómo debe ser. Además, para asegurarse de la efectividad de su dictadura, los directores (o su equivalente) en esas dependencias son miembros del Partido en su momento de designación (es el caso de la gran mayoría de ellos) o se les pide que lo sean. Así será una obligación para ellos cumplir con los mandamientos del mismo. 

Si democracia es la participación del pueblo ¿cómo es posible que el órgano que realmente toma las decisiones (a todos los niveles) en Cuba sea un órgano elitista, y por demás con una estructura de mando centralizada en su Primer Secretario? 

Comentarios

  1. # CUBA 🇨🇺 GRITA LIBERTAD !!!
    # CUBA 🇨🇺 PATRIA,DIOS ,JUSTICIA , DEMOCRACIA Y LIBERTAD 🗽 !!!
    # CUBA 🇨🇺 CAMBIÓ DE SISTEMA !!!

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    1. Todo es un asco, una mentira y manipulación en esa cochina politica de esos asesinos dictadores, alli el pueblo no está representado, porque hasta para ser delegado debe pertenecer a ese cochino y iabolico partido, por lo tanto siempre estaran deacuerdo en todo y nadie aboga por ese pueblo humillado, explotado y vejado por más de 62 años

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